sábado, 10 de noviembre de 2012

Sábado para María





El sábado es tradicionalmente en la Iglesia el día de la semana que se dedica a la Vírgen, y en él podemos manifestarle de modo más intenso nuestro cariño, estando más pendientes de Ella a través de jaculatorias, miradas a las imágenes (se le pueden poner flores frescas ese día a sus imágenes), recitando las oraciones tradiconales como son el "Acordaos", "Oh Señora mía", y especialmente la Salve.


SALVE

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, 
vida, dulzura y esperanza nuestra; 
Dios te salve. 
A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; 
a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, 
en este valle de lágrimas. 
Ea, pues, Señora, abogada nuestra, 
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; 
y después de este destierro muéstranos a Jesús, 
fruto bendito de tu vientre. 
¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!

V.Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. 

R.Para que seamos dignos de alcanzar 

las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Oración 

Omnipotente y sempiterno Dios, que con la cooperación del Espíritu Santo, preparaste el cuerpo y el alma de la gloriosa Virgen y Madre María para que fuese merecedora de ser digna morada de tu Hijo; concédenos que, pues celebramos con alegría su conmemoración, por su piadosa intercesión seamos liberados de los males presentes y de la muerte eterna. Por el mismo Cristo nuestro Señor.

Amén

ACORDAOS 

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!,
que jamás se ha oído decir que ninguno 
de los que han acudido a vuestra protección, 
implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. 
Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, 
Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de
mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. 
Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, 
escuchadlas y acogedlas benigna mente. 
Amén.



BENDITA SEA TU PUREZA

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, 
pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza. 
A Ti celestial princesa, Virgen Sagrada María, 
te ofrezco en este día, alma vida y corazón. 
Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. Amén.





OFRECIMIENTO A LA SANTÍSIMA VIRGEN

¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía!
Yo me ofrezco enteramente a ti 
y en prueba de mi filial afecto 
te consagro en este día, mis ojos, 
mis oídos, mi lengua, mi corazón; 
en una palabra, todo mi ser. 
Ya que soy todo tuyo 
Oh Madre de bondad, 
guardame y defiéndeme como cosa 
y posesión tuya. 
Amén.





AVEMARÍA 

Dios te salve, María, llena de gracia, 
el Señor es contigo. 
Bendita eres entre todas las mujeres 
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, 
ruega por nosotros pecadores 
ahora y en la hora de nuestra muerte. 
Amén.